lunes, 3 de diciembre de 2007

La sexualidad vista desde otro enfoque: Wena Naty

Por Sebastián Sepúlveda.

Nuestra sociedad no puede negar el aumento exponencial de la promiscuidad que los adolescentes presentan en los últimos años. Sí, padres, madres y abuelos, sus pequeños de catorce años ya están teniendo sexo. Así lo indica el aclamado reportaje “Vírgenes en llama” publicado en la revista “Paula” hace algunos años, Donde ginecólogos, pediatras y sicólogos aluden a conductas casquivanas de un porcentaje de señoritas del barrio alto.

Una televisión cargada de erotismo y sensualidad, padres poco presentes y faldas cada vez más cortas, parecen ser la fórmula para sobre estimular a las hormonales mentes de la generación de pokemones y pelolais. Las adolescentes practicarían de todo exceptuando el coito mismo, considerándose aun vírgenes. Sin embargo, frente a entrevistas sicológicas, reconocen una autoestima deteriorada.

Todo lo in en la cultura adolescente que se esta gestando parece una invitación constante al sexo. Tomemos por ejemplo la letra de una canción de reggaetón de Wisin y Yandel, cantantes cuyas producciones suenas en todas las fiestas y carretes del país. salte, si no estas bailando con ella, si no estas perreando con ella, salte, para hacerle rakata, rakata, si se me pega voy a darle rakata, rakata, esta noche quiero hacerle, rakata”.

O bien una canción de Aventura, gran banda musical que se ha inclinado hacia el reggaetón en sus últimas producciones para hacer el peso en el mercado. “Hoy es noche de sexo, voy a devorarte, nena linda, hoy es noche de sexo, y voy a cumplir tus fantasías, hoy es noche de sexo (Ayyy!), voy a devorarte, nena linda, hoy es noche de sexo, lo juro por Dios que esta noche serás mía”.

Pero no podemos atribuirle todo este gran fenómeno al reggaetón. Como los mismos especialistas destacaron en aquel reportaje, y lo siguen haciendo en televisión en programas como Hola Andrea y Aló Ely, la familia juega un rol fundamental. La permisividad de algunos padres, la poca comunicación y el hecho de que pese a encontrarnos en el siglo XXI el sexo sigue siendo un tema tabú para muchos chilenos, también son factores que originan el fenómeno.

El caso de wena naty, video que circulo en internet sobre una adolescente realizando una felación, sirvió tal vez para que incluso los sectores más conservadores de nuestra sociedad abrieran los ojos. Marcela Music, sicóloga infanto juvenil, señaló en TVN que el caso daba cuenta de “un feroz llamado de atención”, y que los adolescentes tienden a separar “sexo” y “amor”.


La joven de tan sólo quince años, fue expulsada del establecimiento educacional en el que se encontraba, por hacer algo no muy diferente a lo que probablemente realizan sus pares, simplemente tuvo la mala suerte de haber sido grabada. El daño provocado, por sus compañeros, internet, y los mismoa medios que no siempre son sabios para tratar este tipo de temas, tardará en sanar en el corazón de la estudiante.


La solución, la respuesta al conflicto, ¿no se encontrará condensada y resumida en una sola palabra? Será esta “amor”. Carencia de autoestima, de amor propio, llevan a tener poca consideración cuando se trata del cuerpo propio. El separar amor y sexo, no es tema viejo, pero que adolescentes de catorce años puedan llegar a ser tan frívolos parece inverosímil.


No importan las horas de educación sexual, las polémicas campañas de prevención del sida, o los muchos grupos religiosos promoviendo la abstinencia sexual. El problema radica en el corazón de estos jóvenes van camino a ser adultos. ¿Qué será de ellos cuando los pokemones y los pelolais evolucionen?


En la adolescencia es cuando la futura personalidad del adulto se define, junto con ello, la sexualidad. Más allá de principios éticos o morales, tanto profesores, como padres deben abordar el conflicto de raíz. Las familias a involucrarse en el tema. Si su padre nunca le habló respecto al sexo, y su madre tampoco, y aun así logró tener una sexualidad normal, su hijo o hija tal vez no tenga la misma suerte.

Ya sabemos que se esconde detrás de esa promiscuidad, de esas letras de contenido erótico, por no decir pornográfico. El gobierno, el Ministerio de Educación ya intentan cumplir con su parte. Es hora de que la sociedad se sume a la iniciativa y se haga responsable. Los adolescentes no son tontos ni sordos, pero si nadie les habla, si nadie se acerca a escucharlos, ¿cómo sabrán lo que es bueno?

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